Eska, en el palpitante barrio praguense de Karlín, es un restaurante con panadería que combina lo antiguo y lo nuevo. Los ingredientes aparentemente corrientes se transforman hasta hacerse irreconocibles. Encontrará lo que suele haber a su alrededor -verduras desde las raíces hasta las hojas, hierbas silvestres y pan cocido en un horno de leña- emplatado de forma moderna. No en vano el restaurante cuenta con un premio Michelin Bib Gourmand.
Los cocineros de Praga’s Eska redescubren viejas técnicas; fermentación, secado, calentamiento con leña y horneado/asado al fuego. Aquí las cosas se hacen como se hacían en el campo desde tiempos inmemoriales. La especialidad local es el pan checo horneado de la misma manera que siempre se ha hecho a partir de harina de trigo, masa madre de centeno, agua, sal y semillas de alcaravea. Los cocineros preparan las comidas a partir de ingredientes primarios de los agricultores, por lo que ellos mismos baten la mantequilla o fermentan las verduras in situ.
 
This page has been translated using Automated translation service.
¿Qué opinas de esta traducción?